Quizá ( si has podido leer lo de ahí arriba ) por aquél agosto del 89 tú ni siquiera habías
Por aquellos entonces, el clamor popular fue espectacular en todos los pueblos de nuestro entorno en contra del almacenamiento de pararrayos radiactivos en esta comarca. Los mítines fueron tumultuosos y en especial en Jalance. Se presentaron en la delegación del gobierno en Valencia más de 10.000 firmas de vecinos que no querían aquí otra "segunda nuclear". Al final, en 1.992 se construyó en El Cabril ( provincia de Córdoba ) y allí fueron a parar los pararrayos que aquí no quisimos.Por contra, hoy, el movimiento vecinal es más externo que interno.
( Instalaciones de El CABRIL. )
Y sin embargo ahora, tengo el corazón "partío". "Partío" por tener que tomar partido, un partido que nunca quise jugar y que, quizá por el paso del tiempo, porque el tiempo nos vuelve más conservadores, o seamos nosotros quienes nos volvemos cuando estamos de vuelta, cuando pensamos con la cabeza y no con el corazón cuando aún está entero, cuando todavía el tiempo no te lo ha "partío".
nacido y, ya ves, la vida sigue igual ( que diría Julico Iglesias ). Qué equivocado estaba Bob Dylan cuando cantó aquello de : "los tiempos están cambiando". Y me estoy remitiendo a los hechos, a los de hoy con el ATC y al verano del 89, pero hay tres grandes diferencias.
En el 89 todos los alcaldes de la zona estaban de acuerdo en que se ubicara aquí el almacén de residuos radiactivos, algo que ahora no ocurre ( aunque todos sabemos muy bien por qué y cómo es la política mal interpretada y mal intencionada ).Por aquellos entonces, el clamor popular fue espectacular en todos los pueblos de nuestro entorno en contra del almacenamiento de pararrayos radiactivos en esta comarca. Los mítines fueron tumultuosos y en especial en Jalance. Se presentaron en la delegación del gobierno en Valencia más de 10.000 firmas de vecinos que no querían aquí otra "segunda nuclear". Al final, en 1.992 se construyó en El Cabril ( provincia de Córdoba ) y allí fueron a parar los pararrayos que aquí no quisimos.Por contra, hoy, el movimiento vecinal es más externo que interno.
( Instalaciones de El CABRIL. )
Y sin embargo ahora, tengo el corazón "partío". "Partío" por tener que tomar partido, un partido que nunca quise jugar y que, quizá por el paso del tiempo, porque el tiempo nos vuelve más conservadores, o seamos nosotros quienes nos volvemos cuando estamos de vuelta, cuando pensamos con la cabeza y no con el corazón cuando aún está entero, cuando todavía el tiempo no te lo ha "partío".
Por una vez, aunque solo sea por esta y después de mucho tiempo, la inmensa mayoría de zarrinos está de acuerdo en algo...ya era hora, porque al menos el 90% está de acuerdo en que nos pongan aquí el ATC, por muchos que hayan que digan lo contrario con la boca grande ( otra cosa es lo que la boca chica calla ). En este tema no hay ni colores ni color y sí, es verdad que " los tiempos están cambiando " y con él también he cambiado, porque ahora son OTROS TIEMPOS y OTRAS mis ESPERANZAS.
Para nada necesito el ATC y menos en ZARRA, pero sí quiero a ZARRA, por cómo es, por las gentes que a diario la pisan, la pasean, la disfrutan y la lloran. Por eso, y porque tengo la esperanza quizá un tanto utópica de que nos vaya mejor en estos turbios tiempos de incertidumbres acentuadas en los bolsillos de cada cual.
Para nada necesito el ATC y menos en ZARRA, pero sí quiero a ZARRA, por cómo es, por las gentes que a diario la pisan, la pasean, la disfrutan y la lloran. Por eso, y porque tengo la esperanza quizá un tanto utópica de que nos vaya mejor en estos turbios tiempos de incertidumbres acentuadas en los bolsillos de cada cual.
Por eso quiero jugar este partido, porque necesitamos un soplo de vida y, si donde una vez dije -digo- ahora digo -Diego-, no me importa, porque por encima de los ideales hay otras necesidades más perentórias que la experiencia te enseña con los años.
Por todo lo dicho y hecho, entiendo muy bien a quienes están en contra, aunque hoy apoyo a quienes están a favor de que en ZARRA se construya el ATC, aunque esta opinión me haga tomar partido.
Dentro de un mes sabremos si el partido lo hemos ganado o perdido.