Y VINO PAPÁ NOEL.

Sus ocho primaveras la contemplaban en la habitación, a la luz tenue de su flexo retorcido comenzó a escribir su carta a Papá Noel...
"... Querido Papá Noel, ya sé que estarás muy ocupado pero te molestaré tan solo un momento con mi carta. Creo que ésta noche vas a venir por aquí y ya sé que traerás muchos juguetes para los niños y yo quería pedirte que...".

-No pudo terminar su carta. Poco a poco sus ojos se fueron cerrando y la niña terminó con la cabeza encima de sus brazos que se apoyaban en la mesa.
- ¡¡¡ Gusano... ¡¡¡.- Gritó una muñeca mulata con labios muy carnosos a la que le faltaba un brazo. - ¡¡¡ Coge el boli y ponte a terminar la carta antes de que se despierte. ¡¡¡ Corre... ¡¡¡. El gusano de mil colores, hecho de trapo y algodón, raído por el paso del tiempo, bajó de su estante como pudo y continuó escribiendo...
"... ya sé que no me he portado bien, que he hecho muchas travesuras pero tu sabes que los niños somos así y te prometo que a partir de ahora seré un poquito más buena...y quería pedirte que hoy cuando vengas...solo quiero que me traigas un brazo para mi muñeca que lo perdí y no sé dónde está y la veo muy triste todos los días...también te pido que me traigas otro gusano para que el mío pueda jugar con él cuando yo esté dormida..." ¡¡¡ Gusano. Sube a tu sitio... corre...¡¡¡- Alertó la muñeca.
La niña se despertó de repente para terminar su carta. "... Quería pedirte, que te lleves a mi gusano para que se lo des a algún niño que no tenga juguetes...ya tengo a mi muñeca y si le pones el brazo seré feliz y si te llevas a mi gusano, él también será feliz porque le gusta conocer otros sitios...que él me lo ha dicho..." . De nuevo se durmió, ésta vez en su cama puesto que estaba vencida por el sueño. A la mañana siguiente la niña se levantó lo más rápido que pudo y salió corriendo de su habitación para ver qué le había dejado Papá Noel en su árbol de navidad.
Tan solo había un sobre con su nombre y una dedicatoria que decía : -PARA TÍ, DE TU MUÑECA Y DE TU GUSANO.- Desilusionada volvió a su habitación. La carta que había escrito no estaba y tampoco estaban su muñeca y su gusano...llorando se tumbó de nuevo en la cama y se durmió...soñó que recibía una montaña de regalos y los abría...y los abría...y los abría, pero ningún juguete de los que contenían sus regalos eran los que ella esperaba encontrar...ya quedaban muy pocos regalos por desenvolver pero seguía abriendo y no podía encontrar a su gusano...no podía encontrar a su muñeca malherida. Se desesperaba, abría pero no veía, no podía encontrar sus juguetes, no quería otros juguetes eran esos sus juguetes, esos y solo esos...no quería nada más...
Cuando despertó, lo primero que vio fue a su gusano mirándola con los ojos de siempre, con su sonrisa de siempre, con su piel multicolor. Giró la cabeza y vio a su muñeca preferida, esa muñeca negra a la que le faltaba un brazo. La niña sonrió y dijo en voz alta : "...Andá...pero si hoy tengo que escribirle la carta a Papá Noel...".
Todo había sido un sueño, un buen o mal sueño, pero un sueño que hoy le puedes contar a tus pequeños y se dormirán pensando en que sus juguetes son suyos y son los mejores juguetes del mundo.
FELICES FIESTAS.